Michael Astudillo Jr. y el caso del estudiante desaplicado

Seguramente el lector recuerda 31 minutos. Este programa infantil chileno, considerado por muchos de nosotros como el único noticiero que alegraba, presentaba temas muy jocosos, a la vez que otros reflexivos, como problemáticas medioambientales. Una de sus secciones más populares era el Ranking Top de Policarpo Avendaño, donde presentaban una tripleta de canciones populares, cuyos compositores a menudo eran parientes o amigos de Policarpo, y en el cual nos ofrecían canciones sosas como Lala o muy interesantes como Parque de Diversiones.


Hay una canción particular que me interesa discutir. En la segunda temporada, durante un par de episodios, la canción No. 1 fue Yo nunca me he sacado un siete, de Michael Astudillo Jr., quien, a pesar de ser supuestamente un niño, tenía el aspecto de un adulto. Astudillo cantaba sobre su frustración de tener que ir al colegio, a pesar de que no le gustaba estudiar, y que en cambio prefería “por una moneda bailar”.

La verdad es que siempre me pareció una canción terrible, y con frecuencia, cuando la oigo de nuevo, bromeo con que el chico quiere prácticamente hacer un curso de mendigo. Reflexivamente, sin embargo, Michael Astudillo Jr. es el ejemplo de dos conflictos a los que se enfrentan algunos estudiantes durante su época escolar y universitaria: la escasez de aspiraciones serias o una planificación adecuada para el futuro laboral, y una actitud despreocupada hacia los estudios.


La primera es quizás una apreciación más subjetiva, pero es real. Nunca falta el estudiante que está en la universidad simplemente para cumplir con el capricho de sus padres, o para tener un diploma como “segunda opción”, pues tienen aspiraciones en otras áreas como las artes. Aspiraciones que pueden ser muy hermosas, pero también muy facilistas e incluso ingenuas. La realidad es que el estudio universitario debería ser prioridad, y no un simple “por si acaso”. No estoy diciendo que uno deba aspirar a ser el próximo Stephen Hawking, o que reformule la teoría del origen de la vida, pero si se tiene la oportunidad de realizar estudios universitarios -algo a lo que muchos aspiran y no pueden-, por lo menos deberían esforzarse mucho más. Y, por supuesto, el campo artístico es muy caprichoso, así que dedicarse de lleno a ello sin tener una buena preparación como profesional en otro campo puede ser negativo si no se alcanzan las aspiraciones que se tenían.

Aunque, como me dijo una amiga, también existe el riesgo que el diploma se convierta simplemente en un adorno de pared. Sí, puede pasar también, y es por ello que no quiero centrarme en la discusión de este primer conflicto, porque la subjetividad respecto al tema está a la orden del día.

El segundo es más académico. Lo pueden identificar en la segunda estrofa de la canción:

Yo no quiero ser niño problema,
sólo quiero de curso pasar,
salir como sea del colegio
y por una moneda bailar.

¿Salir como sea del colegio? Es irónico que diga al principio que no le gusta estudiar, y luego pide simplemente que lo pasen del colegio de cualquier manera. Sí, estoy consciente de que se trata de un muñeco, pero lo cierto es que hay muchos estudiantes que se comportan de igual manera en el colegio y la universidad.

Los que son profesores universitarios (me centraré en la universidad) ya deben conocer la actitud de los estudiantes que claramente no se esfuerzan durante el semestre, y al final están pidiendo “sólo unos punticos más” para pasar la nota, ya sea por una u otra razón sentimental -la beca, la familia, etc.-. Y los profesores que no caen en ese juego hacen bien, pues en muchas ocasiones esos puntos sólo están alentando a la mediocridad.

No, no es un juicio apresurado, sino la realidad. Tampoco es una actitud arrogante de mi parte, porque yo mismo he pasado por la misma situación: durante la carrera tuve que repetir dos materias, y habilité otras dos para no verlas otra vez. En una de ellas incluso pedí, si no los puntos, al menos un trabajo adicional para ganarlos. Me los negaron. Y posteriormente he entendido que era lo mejor. Si no te has esforzado lo suficiente para pasar la materia durante un semestre, ¿cómo esperas que te regalen los puntos al final? Si no aprendiste durante todo ese tiempo lo necesario para aprobar, es muy difícil que lo hagas al final, lo que significa que saldrás al mundo laboral con claras deficiencias en tu campo de conocimiento. ¿Qué clase de profesional serías? ¿Qué oportunidades tendrías? ¿Y recurrirías a las mismas súplicas en tu trabajo si fallas en algo? Es importante asumir las responsabilidades y consecuencias de tus acciones, y si no hubo suficiente esfuerzo de tu parte, entonces debes afrontarlo.

Por supuesto, aquí no estoy incluyendo a los estudiantes con problemas personales, o el hecho de que algunos docentes no tienen buena pedagogía, y no saben transmitir sus conocimientos. Son hechos puntuales y separados de los estudiantes que simplemente no son aplicados.

Como es usual, habrá personas en desacuerdo con lo expuesto aquí, así que los invito en principio a reflexionar. Después de todo, cuando se razona todo esto a través del títere de un estudiante flojo, es posible que se haya visto más de lo real.

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